martes, 19 de agosto de 2008

"El espejismo"

Cuenta una leyenda disparatada que somos descendientes de un hombre y una mujer perfectos, que vivieron en un lugar perfecto por gracia de un ser superior que tiene su casa en las alturas del universo (dicho sea de paso: este ser superior, también es perfecto).

El ser superior construyó al hombre perfecto con barro de la tierra perfecta y a la mujer perfecta la edificó de un trozo de calcio salido del costado del hombre perfecto, pero no aclaró que grado de parentesco tenían (el libro en donde se cuenta esta leyenda no aclara ese detalle del todo. No debería suceder esto; pues una leyenda parecida, de ambiente un poco más local si aclara ese punto, contando que nuetros personajes de turno eran esposos y hermanos a la vez). Ambos señoreaban en las fauces del lugar perfecto, incluso habían dado nombre a los animales que se arrastraban por aquellas sendas del mundo. Dijeron así: "León, elefante, caballo, oso...", bueno eso suponemos (traductores, interpretes, lectores, fanáticos, devotos, suicidas, ladrones arrepentidos y presos liberados que se tatuaron a Sarita Colonia durante el claustro), porque también pudieron decir: "Lion, elephant, horse, bear...". Claro, el detalle del idioma tampoco se aclara. Intentan hacerlo en otra leyenda del mismo libro, pero esa es otra historia.

En la misma leyenda aparece un reptil, y este reptil es el culpable de todo, sobre quien recaen todas las miserias del mundo. ¿Otros detalles? El poderoso fruto de un árbol sagrado, la falta de ropa. En fin. El descenlace es conocido, divulgado universalmente.

...

El hombre perfecto y la mujer perfecta fueron desterrados, expulsados, desalojados del lugar perfecto. Esa fue la orden del ser superior. Por ser el más poderoso tenía derecho a elegir el destino de sus creaciones (a fin de cuentas eran sólo eso), pero no por ser quien tenía la razón. El mandó a dos seres perfectos a un lugar perfecto, de repente quería que hicieran cosas perfectas. Pero las cosas perfectas no existen y de eso se dio cuenta muy tarde el ser superior. Es más, tal vez él ya era consciente de eso y sus conejillos de indias estaban destinados a todo aquello.

Aquí viene la paradoja, lo que no me deja dormir: Si el ser superior estaba dotado de pureza y perfección, ¿De dónde viene el reptil?, ¿Por qué el árbo y su fruto poderoso y misterioso?

"Todos tenemos demonios, Facundo, sucede que están escondidos arrastrandose por el mundo, fingiendo ser lo más puro y eterno..."

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