viernes, 28 de noviembre de 2008

"Lagrimal roto"

Antes era: www.fotolog.com/lagrimalroto. Por medio de esta página me enteré de muchas cosas un tanto dolorosas, entre otras de que ya no formaba parte de ella. Creo que dicha página ya no existe. La dueña de este fotolog es la mujer que más he querido, la única mujer a la que he amado. Seguimos siendo amigos, pero estamos distanciados; cada uno conserva el recuerdo del otro en la lejanía.

Adriana. Eramos un poco más jóvenes cuando nos conocimos. Me abandoné completamente por ella. No comprendía que nadie está por encima de uno, así nos parezca la persona más importante. Nos queríamos, nos amábamos, nos deseábamos. Quizá ese fue el problema: nos deseábamos con intensidad. El amor se convirtió en deseo y el deseo en una obseción incontrolable. Nos agitábamos con frenesí en mi cuarto, en un hostal o en la biblioteca de su casa. Nos hacíamos daño. Conocimos lo más bello y a la vez lo más perverso. La amé tanto... Cuando sueño con ella, me parece que la sigo amando. La extraño.

Claudia.Ya no es mi amiga. Pero la recuerdo con afecto. Nadie me ha plantado con tanto descaro. Nadie ha personificado mejor las desilusiones en mi vida. La he visto en algunos conciertos, ella también me ha visto, sin embargo, preferimos no saludarnos. Ella no me extraña y yo tampoco la extraño. Es el recuerdo bonito de una amistad bonita que se quedó en el olvido. Suerte, Claudia.

Lily. Es un poco rara mi relación con ella. La conocí cuando ya Adriana se había ido con su "amado J" y pensé que ella era la mujer de la que debía enamorarme. No tiene complicaciones, le encanta la salsa, no le interesa leer las cosas que escribo y su sonrisa es lo más cercano al cielo que conozco. Debí besarla aquella noche en la esquina de colmena cuando la recogí de su trabajo (el KFC de la plaza San Martín), pero no lo hice. Ahora está enamorada de otra persona, y eso me hace felíz, nunca la felicidad de nadie me ha hecho felíz a mí, bueno ahora Sergio también es felíz y yo por consecuencia también lo soy pero esa es otra historia. Nos queremos en silencio, porque hay cosas que son preferibles no decir. A veces digo que ella es mi mejor amiga, a veces. A veces pienso que es mi única amiga.


Neco. Jamás tuve una amiguita tan jóven. Eso es tierno, o me parece tierno. Siento que nos parecemos, pero no del todo: Los dos nos enamoramos con facilidad, ella porque es muy jóven y yo porque me siento solo. Los dos leemos mucho, ella libros de autoayuda y yo novelas inútiles y mediocres. Cuando me llega la fantasía, pienso que esta niña de 15 años sería el complemento perfecto para mis manías y rarezas (pero sólo es una fantasía, no me mal interpreten).

Ana. Mi chica preferida. ¿Cuántas veces nos habremos insultado en el trabajo? Yo recuerdo unas 10 ocasiones. Insultos de esos que salen desde lo más profundo y desconocido. Pero así nos empezamos a querer. ¿Un poco raro? Me he acostumbrado a que así sean las amistades que considero más sólidas y estables. Ella ennumera cada una de las mierdas que me rodean y yo también le recuerdo las suyas. Una noche antes de navidad, cuando ya me había hecho el tatuaje comimos pizza en la trastienda del market. A principios de enero cambió de trabajo y la dejé de ver. Nunca me gusto más de lo normal (francamente ya no sé que es normal), y felízmente no me hice ilusiones con ella jamás. Debe ser por eso que la extraño tanto.

Tendría que hablar de una chica más, pero no lo haré.

martes, 25 de noviembre de 2008

"Un pedazo del infierno"

Llegaré pronto;
tuve la visión anoche.
He vuelto a soñar con Adriana.
Cada 4 o 5 meses sueño con ella.
Y el sueño no es felíz: es un sueño imposible.

Estamos solos en el fin del mundo y conversamos de algo
que yo entiendo o creo entender.
Cuando despierto no me acuerdo de nada.

Yo no extraño a Adriana.
No me gusta extrañar a los muertos.
Pero sueño con ella.
Cada 4 o 5 meses.
¡Adriana!

Seguro no la volveré a ver
hasta marzo o abril.
Si no me lleva antes, por supuesto.

Ella es el infierno en toda su plenitud;
o bueno,
un pedazo del infierno: del infierno que yo
he construido.

¿En dónde quedaste Adriana?

lunes, 24 de noviembre de 2008

"Lo que se hace se paga, dicen los viejos"

Otras frases memorables son: "El mundo da tantas vueltas..." o la inmortal y devota: "Dios tarda, pero no olvida..." Supongo que alguna de estas frases puede aplicarse conmigo. Creo haber sido alguien muy malo y seguir siéndolo; y por eso estoy pagando todo el daño que he causado.

Camila me dijo que la espere en el SISE de la arequipa, que está más cerca del paradero en donde la deja el carro y porque prefiere no caminar hasta el canal cinco. Yo acepto encantado. Sus condiciones, sus órdenes, las acato y las cumplo, presa de la más deliciosa de las sumisiones. Y qué mejor sumisión es la que te da el simple hecho de estar enamorado.

Llego unos minutos antes de la hora pactada y me quedo esperándola, apoyado en un poste, observando el panorama: el atardecer un poco gris, las adolescentes del saco oliveros, las combis que no parecen ir por la pista sino por el aire. Pero me siento raro, no triste ni mal, pero sí bien raro. De repente es esa huevadita que relampaguea en el estómago, que nos hace estremecer, y que lentamente sube hasta la garganta, y se convierte en una tenaza, que no te deja respirar, que sólo te exige llorar, gritar, golpear, a la cual, la vida y los diccionarios han terminado por llamar: angustia.

Pienso que es el trabajo, posiblemente cuando mi contrato se termine ya no me lo renueven. Pienso que es mi futuro bastante incierto, no quisiera quedarme de grifero toda la vida, pero no hago nada por evitar esa condena. Pienso que es la banda, no ensayamos hace mucho y me he olvidado de la mayoría de acordes. Pienso que es mi familia, mi mamá sigue enferma, y lo que aporto en casa no ayuda mucho. Pienso, pienso, yo pienso en tí.

Y en eso de pensar estoy, cuando se me acerca un sujeto mal vestido (llevaba camisa y pantalón de vestir, y para mí eso es estar mal vestido, aunque indudablemente para la crítica complaciente, aquel hombre estaría mil veces mejor vestido que yo), con unos papeles y folletos bajo el brazo. Me preguntó si estudiaba o si quería estudiar, y le respondí que no estudiaba pero que sí quería estudiar. Me preguntó si SISE (ya se había identificado como trabajador de aquel instituto) me parecía una buena opción para seguir mi preparación profesional, y le respondí que sí (no debí responderle tal cosa, a decir verdad no le debí responder nada). Me preguntó si estaba trabajando y le respondí que sí, que era grifero (todas mis respuestas eran sí, seguro que si me preguntaba si quería acostarme con él, le respondía que sí). "Nosotros buscamos jóvenes no tan jóvenes como usted, jóven. Con ganas de progresar, de crecer como persona y hacer el bien por este país". Cuando me soltó ese floro, quise reirme, pero me contuve: no sé a qué se refería con eso de jóvenes no tan jóvenes como este jóven. Yo no quiero progresar, yo sólo quiero ganar más dinero en menos tiempo. Yo no quiero crecer como persona, estoy tranquilo con mi humilde metro setenta; y tampoco quiero hacer el bien por este país ni por ningún otro.

Quise hacerme el desentendido, pues ya sabía lo que pasaría si le seguía la corriente, y en efecto pasó. Me invitó muy cordialmente a llenar unos formularios de inscripción y me negué. Luego me pidió por favor que lo acompañara, y me seguí negando. Le expliqué sin más remedio que no buscaba centro de estudios, sino que estaba apoyado en ese poste porque mi enamorada llegaría en cualquier momento y habíamos quedado en encontranos en ese sitio. Se decepcionó profundamente, eso me pareció y me tocó el hombro. "Mira hermanito, sólo necesito que entres, llenes las fórmulas, le digas a la señorita que quieres estudiar en diciembre y a mí me dan un punto. Nada más. No seas malito, flaco. Tu enamorada no se irá. No te demoraré mas de un minuto..." Me conmovió ese floro. Si los jaladores fuesen así de sinceros, las cosas serían más simples para ellos y para nosotros. Acepté, pero le repuse: "Pero no me demores porque no la quiero hacer esperar..." Me sonrió y entramos.

Me recibió una señorita llena de rubor y colorete, con ojos grandes y voz ronca. Me preguntó en qué carrera deseaba apuntarme y le respondía que administración. El suejto nos acompañaba. Con respecto al inicio de clases le respondí que diciembre era el ideal. Miré hacia la arequipa y Camila ya me estaba esperando. Me impacienté. Los tres cruzamos las miradas, y traté de disimular. La señorita hizo unos circulos sobre un folleto azul, y miró fijamente al sujeto, quién al instante se escabulló por el lugar. Yo volví a mirar a Camila, bajita y tímida, mirando la avenida. En eso la señorita me miró fijamente y sin titubear me preguntó si estaba interesado realmente en la carrera. No le pude mentir. De mi respuesta dependía hacer esperar a la chica que adoro o soplarme un trámite aburrido del cual yo no obtendría beneficio alguno. "La verdad señorita, es que yo sólo estoy esperando a mi enamorada..." No le dije más, porque me despidió al instante y disfruté mucho de que lo hiciera.

Soporté 8 horas despachando combustible, haciendo mierda mis pulmones, y verla era lo único que anhelaba. No podía perderme un instante más, y peor aún teniéndola tan cerca.

No sé como le habrá ido a aquel sujeto ni que le habrán dicho. Pero a mí me fue mal. Camila se marchó y aunque ya me duele menos, me siento vacío, la extraño.

Pero de algo si quedé convencido. No la haría esperar nunca. En cambio yo, esperaría todo lo que ella me ordene que la espere. Sentado o parado de cabeza.

Creo que estudiaré en SISE.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

"Así que tú eres Facundo"

Vomitar, dice la mejor amiga de la chica que adoro. Entonces, debo contarles que hoy alguien vomitó sobre mí un cúmulo de miedos, y yo también.

Todo comenzó el domingo en la mañana. Todo fue culpa de un número telefónico. Todo gracias a la tristeza.

Es tan raro y complicado que no sé como empezar, ya llevo dos puntos aparte. Bueno, ahora sí. Ella se llama Gracia y es impulsadora de maquinas para afeitar y no estoy seguro si la historia es suya o mía. Llegó como a las nueve de la mañana totalmente resaqueada, y le invité un pan con jamonada y una coca cola helada. Coversamos, le conté que me había pasado y ella escuchaba entre despierta y dormida, me daba la razón o le ofrecía sus maquinas de afeitar a los clientes que llegaban a mi isla, pues no quería moverse por todo el grifo, le daba flojera. Y seguimos conversando, hasta que me pidió mi número de celular. Se lo di sin sospechar todo lo que ocasionaría tan minúscula acción.

El lunes cuando nos vimos no me dijo nada, almorzamos juntos con los demás compañeros en el tablero celeste junto al lavadero de carros y la mecánica. Bromeamos como siempre y me preguntó (como suponía que pasaría) por ese tema que tanto me duele. Sospecho que no me dijo nada de su problema pues yo estaba completamente desorbitado, ausente, y sumergido en mi tristeza. Sospecho que le di pena.

Me enteré el martes. Mientras mi compañero y yo limpiábamos el baño que usamos "los de servicio", un baño asqueroso: papeles con caca por todos lados, toallas higiénicas en las duchas; una pestilencia única. Yo estaba raspando la mugre de los lavaderos con una esponjita verde de ayudin y mi compañero me dijo de pronto en forma irónica: "así que eres la manzana de la discordia entre Gracia y su enamorado, pionono..." Y siguió entre risas: "dice que hasta la quiso terminar...le reclamó, le dijo ¿Quién es este huevón?, ¿Porqué tienes su teléfono? y la puta mare..." Yo escuchaba bastante extrañado, no terminaba de entender. "Anda y pregúntale a tu nueva conquista papaceeeeto". Y volvió a reírse. Gracia me contó luego de que yo insistiera. Su enamorado se llama Raúl y es mayor que ella y también mayor que yo. El domingo cuando ella se había ido del grifo y se encontraron, el comenzó a revisar sus mensajes de texto y los números que tiene en la agenda, y cuando vio mi número el tipo explotó. Ella le contó quien era yo, un amigo del grifo, pero (y lo que viene me dolió no sé porqué) no es nadie importante, recién lo conozco. Pero él no entendió y quiso quitarle el celular, y hasta la amenazó con venir al grifo a buscarme, y posiblemente a golpearme. Ella no dejó que le quitara el celular y le dijo que hiciera lo que le diera la gana (¡Error!). Nos reímos un rato y yo creí que no sería capaz de venir a buscarme al grifo, pues no tenía sentido. Pero las suposiciones son sólo eso: suposiciones, la verdad que nos gustaría atravesar o la mentira que nos gustaría evitar.

Estaba con mi morral en la esquina del grifo, prendiendo un cigarrillo Kent mentolado que me había regalado Ana, cuando se me acercó un tipo flaco (como yo), moreno (como yo) y nada bonito (no digo como yo, porque él era menos bonito que yo). Pensé que nos conocíamos de algún concierto, porque tenía en el polo un estampado de diazepunk, pero me equivoqué. Ni la fealdad ni la música nos vincuaban. El único nexo entre aquel individuo y yo, era Gracia. El era el enamorado atormentado y yo el grifero malviviente que estaba intentando robarle a su chica.

- Así que tú eres Facundo - me dijo apenas se me acercó.
- Sí, yo soy Facundo, mucho gusto - le dije sin entender porque le di esa respuesa tan tonta.
- Y encima te crees chistoso.
- ¿Cómo dice? - lo traté de "usted" porque sentía que al tutearlo las cosas perderían intensidad.
- Que encima te crees chistoso.
- Ehmmmm...bueno...
- Yo soy el enamorado de Gracia.
- Ah, bueno. Mucho gusto (repetí tontamente).
- ¿Qué pretendes tú con ella?
- ¿A qué se refiere?, ¿Pretender algo con ella?
- ¿Porqué le diste tu cel?
- Porque me lo pidió. Somos amigos y...
- ¿Amigos? Ella dice que no son amigos.
- Tal vez ella no me considera su amigo, pero yo si la considero mi amiga.
- ¿Qué?
- Que para mí, Gracia si es mi amiga.
- ¿Y qué más?
- Nada más. ¿Pasa algo?
- Mira, comparito. No quiero que te le acerques. Así nomás de lejos.
- Pero trabajamos juntos, somos compañeros de chamba. Tenemos que convivir.
- Me llega al pincho, ¿correcto?
- Pero, ¿Qué le llega al pincho?, ¿Que Gracia sea mi amiga?
- Sí.
- No entiendo cual es la molestia.
- Yo sólo te digo que no te le acerques, imbécil.

Hice un pequeño silencio y cerré los ojos. Le di un poco de confianza. Sonrió. Cuando abrí los ojos, supe que no podía permitirle a esa basura que me trate tan mal, yo tengo mis propios líos, la chica que adoro me acaba de terminar, porque prefiere estar sola. Lo miré fijamente y me sentí tan bien cuando le dije:

- Vete a la concha de tu madre.
- ¿Qué me has dicho?
- Que te vayas a la concha de tu madre - le repetí, orgulloso de esas palabras.

Se me fue encima y no dejé que me atrapara. Cerré los puños y los puse tan duros como dos raíces y le lancé un golpe en el pecho y él me respondió con una patada en el muslo que me ha dejado un moretón. La pelea pudo continuar, pero la gente del grifo que estaba cerca nos separó. Hicieron bulla, me agarraron y a él lo empujaron.

Cuando se alejaba, me gritó: "Te mataré infelíz. Ni salgas" Y comenzó a llamar por el celular.

No le tengo miedo, nunca le he tenido miedo a nadie. Además tengo unas ganas inmensas de golpear y que me golpeen. Quiero "vomitar" todo lo que siento: la rabia, la angustia, el dolor. Si mañana no escribo es porque tendré los brazos rotos o porque estaré detenido por asesinato.

martes, 18 de noviembre de 2008

"Mi chica preferida"

Lo siguiente es mejor. Cuidado con las continuaciones. Son impresionantes y causan infartos; malditos sean los desenlaces.

Ana tiene mi edad y está a punto de casarse, luce el anillo de "compromiso" que le dio su chico hace más de un año. Ayer cuando me vio con la cara desencajada y ojerosa, se me acercó y me dio un abrazo. Me conmovió tanto que estuve al borde de las lágrimas, pero no lloré porque ya había llorado mucho. Me preguntó si había tomado y le dije que sí, entonces me llevó de la mano a la trastienda del market y me volvió a abrazar. Yo le había contado un día antes. Sabía porque estaba así. "Tú eres el chico más lindo dentro de toda esta pocilga que es el grifo, ¿sabías?", me dijo de pronto. Al principio creí que lo decía para levantarme el ánimo, porque es una chica buena y yo he sabido ganarme su amistad, pero a medida que la conversación se agrandaba, me daba cuenta que sus palabras eran sinceras. "Si no estuviera con mi amorsísimo, ya me habría fijado en ti. Incluso fuera del grifo no conozco a nadie como tú. Especial, sincero, y algo loco. Eres una persona bellísima, "piononito" (Piononito es mi apodo en el grifo, y cuando no soy piononito, soy pirimpimpim), ¿no te das cuenta? No vale la pena todo lo que sufres, y obviamente todo lo que tomas. Esa chica, Camila es una tonta." (Pero Camila no es tonta, simplemente prefiere estar sola). Ya no te quiero ver así. Ayer te aguanté porque estaba fresco, hoy porque en fin, pero si mañana te veo igual te meto un par de cachetadas..."

Ana, es mi chica preferida.

lunes, 17 de noviembre de 2008

"Manchita roja"


Pasaron muchas horas y me detuve en el segundo equivocado. Quizá debí seguir siendo parte del "anónimo" o de la "manchita roja". Quizá. He tenido pesadillas y fiebre todas las noches, era de suponer. Aquella noche no fue la excepción. Y como las ganas de dormir no regresaban, tuve que prender más de media cajetilla de hamilton. Recién a las 4 de la mañana pude descansar de tanta miseria.


Puse esa canción, pensando que tal vez funcionaría y me aliviaría un poco: y no funcionó. El coro es tan detonante y verdadero, que me hace hasta llorar. Son lágrimas de nostalgia, de esperanza. Uno nunca sabe, todo puede arreglarse si se intenta y puede llegar a ser diferente o porqué no, mejor y hasta infinitamente mejor. ¡Tonto iluso! Y así me llamo escéptico confeso. ¡Pamplinas! Aún creo en la gente, y peor aún, en la gente que se dice y parece buena. Me detuve en el segundo equivocado. No era mi tiempo. Nunca ha sido mi tiempo. Debí seguir al margen. Con mis pesadillas, mis frustraciones y mi angustia. Aprendiste una vez, eLio. ¿Patética no te dio ese consejo antes de fugar en la nube de acero con su amado Joan? Se fue y te dejó convertido en una montaña de ruinas y manos frías, es verdad, pero también es verdad que te dio un consejo que no has sabido entender ni poner en práctica: "...tienes que ser egoísta, tontito. Nadie vive de bondadoso. Piensa en ti antes que en los demás. Se egoísta...yo también lo soy, aunque te amo..."


Yo comprendo, entiendo, soporto, aguanto, y respeto. ¿Y qué hago con lo que siento?, ¿Esperar? Sí, desde luego. Esperar, esperar y esperar. Seguro sale alguito por ahí. Una aventurita que fracasará en días muy contados. De repente se aparece una damita encantadora que se apiadará de mí y dirá cosas lindas de mí, pero completamente estúpidas, y por lo mismo las inmortalizará en algún estúpido espacio cibernético (Porque el internet para variar: es estúpido). Esa posibilidad es la más segura. Ya luego tendré que hacerme añicos como suele pasar y adiós, fue un error.


Debí quedarme en casa todas esas noches y no salir a "conquistarla", con esas palabrillas dulces que ella leía en su pantalla. Debí quedarme, maldita sea. Pero más pudieron la angustia que me carcome y mi "loca búsqueda de paz". No puedo mentir: hablarle calmaba mis demonios (no sé por qué tuve que ser siempre tan sincero. Debí mentir en alguna ocasión, pero no lo hice). Y por eso tenía la neceidad de salir a encontrar sus textos celestes. Bonita excusa, pero a la vez exagerada e inútil.


Ella se ha ido y por un lado supongo que está bien, lo prefirió de esa manera, y no hay nada que yo pueda hacer, pero por otro me siento, como se dice, ah verdad: triste. Que se convirtiera en mi enamorada fue un suceso de la puta madre: supongo que saldrá en la recopilación de eventos grandiosos, inimaginables, utópicos y trascendentales que sacan los canales televisivos por año nuevo. Y no llegué a asimilarlo del todo, y ahora que se terminó tan pronto, no sé qué es lo más in-creíble. Duró poco, pero fue perfecto, hasta llegué a trabajar con ganas, a vivir con ganas, a ponerle saldo a mi celular. Pero tenía que acabar. No hay víctimas ni victimarios (sólo un cojudo al que le duele todo), eso es un hecho y tampoco hay errores fatales, herídas abiertas (sólo un cojudo que se caga por ella) ni tampoco esperanzas de reconciliación ni amenazas suicidas (sólo un cojudo que escribe cojudeces en su blog, a quien se le conoce como eLio). No hay nada, ya no hay nada, sólo un cariño inmenso que quise (y felízmente no llegué a consolidar) transformar en amor, una canción de Fernando Ubiergo que tocan los de LeuZemiA, y ganas de intentar no recordar.


La Arequipa es una mierda y Arenales un infierno. Ya no diré cosas como: "a las 5 en el 5" o "tus mensajes me producen ciertas crispaciones". Miro y leo todo lo que escribe y siento como si me doliera, necesito que me duela para sentir que la quiero y que no renunciaré, detesto el dolor físico, pero ¿y este? Al diablo con todo, no hay gente buena ni mala, todos buscamos nestra conveniencia: todos somos egoístas, unos menos que otros, desgraciadamente.


"Esperaré en el 5 a las 5. Vagaré, con un cigarro mentolado por ese parque en Jesús María y alucinaré que esos tractorcitos son carros de lujo. Orinaré en el Repsol de Arenales. Buscaré la forma de que mis piernas sean un blanco perfecto para los pájaros del parque España y puedan cagar con dignidad. Y cuando ya no exista nada más en mi camino, en una sombra intentaré distinguir sus manos chiquitas..."



Adiós, amorcito.



viernes, 14 de noviembre de 2008

Escribir.

Con tus manitos.
Esas que escondes y me dices:
"No las veas..."
y yo te pregunto:
"¿Por qué?"
y tú respondes:
"Porque son chiquitas... no veas mis manos..."

Y yo hago que no las veo.
Pero te miento, pues las miro.
Y soy felíz con esa pequeña mentira.

¡Qué importa si recién comenzamos
a conocer nuestras miserias!
Al final no llegaremos a ningún lado,
siempre estaremos
en donde busquemos que esté cada uno.

Tú con tu silencio y
tus arrebatos.
Yo con mi tristeza
y mis malos ratos.

(....viendo tus manos chiquitas, así las escondas. Tal vez son
una señal...)

"En la mañana se quiere mejor"

Es posible ke las kosas sean mas fáciles detrás de un computador. Tal vez pueden decirse muchas kosas sin miedo, y se pueden disimular innumerables fallas y temores. Es posible ke fingir ser mejores personas y okultar nuestras miserias, resulte mas rentable utilizando un texto frío, pensado y kalkulado kon exaktitud, palabra a palabra, letra a letra.

Solía utilizar un personaje llamado "Facundo" para cubrir así mi identidad y kontar de una forma distorsionada mis enredos amorosos. No llegaba a alejarme de la realidad para nada, pero sí la alteraba en cierto modo. Pero decidí ke "Facundo" ´tenía ke desaparecer kuando "Adriana", su enamorada, la chika a la ke más ha kerido se fue kon un tipo mejor o peor, según la participación de este sujeto en la atolondrada vida de "Facundo". Y decidí hasta matarlo.

Ha pasado komo un año desde la última aparición de "Facundo" (nunka en mi blog, siempre en papeles ke arrojé a la basura), a kien llegué a konsiderar mi alter ego. No me había enamorado de nuevo, mi vida transkurría kon mediokridad, así ke no tenía razón para ke volviera a formar parte de mis líneas más atormentadas, pero sucede ke konocí a una chika kon manos pekeñas, diskreta y ke adoro sin reservas a kien se le konoce en el mundo de "Facundo" komo "Camila".

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Camila es pequeña, y su voz es graciosísima, y Facundo la adora. Estar kon ella es algo ke Facundo veía tan lejano como las nubes que miran sentados en el parque, su parque. Cuando sucedió, él no lo podía creer. Debe ser uno de los sucesos más increíbles de su in - creíble vida. La mira y siente que está vivo de milagro, que su autor es un ser insensible, un infelíz que de seguro no tiene a nadie a quien querer como él tiene a Camila (Pero eso es falso porque yo tengo a Andrea), y que de seguro por eso quiso matarlo hace meses, mientras escribía de noche y odiaba a su antigua novia en silencio.

Está en la combi rumbo al trabajo, los pasajeros que viajan con él son imperceptibles, como suelen ser los pasajeros del transporte público. El chofer es gordo y usa anteojos, y el cobrador parece salido de un libro de Ribeyro. Su aspecto a borrachin, su cara demacrada, su voz caricaturezca y su postura rufianesca lo atrapan. Facundo le envía un mensaje de texto a Camila, diciéndole: "Amor, despierta". Se siente felíz. Faltan como 2 meses para que lo boten del trabajo, ha hecho un presupuesto bastante sencillo para comprar unos cuantos libros a fin de mes y tiene a Camila. Es felíz. Y también es felíz cuando el cobrador dice: "Todito Javier Prado, todito..." o cuando al subir un pasajero le dice: "Sea breve, por favor..." Todo transcurre sin contratiempos. Facundo vuelve a mandarle un mensaje de texto a Camila: "Te veré en unas horas..." Hasta que el cobrador que tan felíz ha hecho sentir a Facundo, se acerca meciendo las monedas y repartiendo boletos, y Facundo al meter la mano a los bolsillos no ha encontrado dinero, y rebuscando en su mochila no ha encontrado su billetera, lo cual hace que se le afloje el estómago y ya no se sienta tan felíz. Mira al cobrador, sonríe y piensa: "Camila, amorcito, me iré hasta el fin del paseo porque me quedé sin pasaje, pero sea como sea, hoy te veré a las 5 en el 5..."

Y el carro sigue avanzando por todito Javier Prado, todito...

martes, 11 de noviembre de 2008

"La suerte en mi vereda, en nuestra vereda"

Andrea es la chica bajita, amiga de Cristian, mía creo que también. La conocí en el concierto del halloween pasado, no hablamos casi nada por razones obvias. Pasaron casi tres mesesy nos volvimos a ver. Ese segundo encuentro confirmó lo que pense aquella noche de brujas. Me había enamorado de ella.

Salimos una noche de febrero, y no pasó nada de lo que me hubiese gustado que pasara. Además, se apareció con una amiga suya a la que sospecho no le caí para nada. Esa noche, me sentí derrotado y preferi no volverla a buscar, le pregunté si saldríamos de nuevo y ella me contestó que de todas maneras, aunque viajaría y a su regreso pactaríamos una fecha, y hasta ahorita...

De cuando en cuando, mejor dicho cada vez que tenía un fracaso amoroso y yo veía sus nicks abrumadores, tristes y melancólicos, le hacía el habla, sin ninguna esperanza, sólo para saber si por ahí yo tenía alguna oportunidad, pero nada. Me jodía ser tan obvio, decirle todo lo que le decía y ella se haga la desentendida, la loca, la que no sabe que es aquello que le escribía. No hubieron llamadas ni mensajes ni siquiera correos, creo que sólo uno, que no obtuvo respuesta, y eso alimentaba la idea de que nunca llegaría a pasar nada de lo que yo quería que pase.

Hasta que hace unas semanas volvimos a hablar. Y le volvi a decir todo lo que ya le había dicho antes, con las mismas esperanzas, con el mismo pesimismo, incluso con invitación al cine. Ella aceptó salir conmigo, y el mismo día me canceló por mensaje de texto (la manera más triste que alguien tiene para cancelarte), pero en la noche pasó algo que no pensé que pasaría: la conquisté. Y nos fueron necesarias las faenas de antes ni las lisonjas de siempre.

No lo creí, aún no logro asimilar la idea. Sus abrazos, sus besos, su risa, su cabello. Todo aquello, toda ella que sentía lejano, gira al rededor mío.

Encontré y conseguí ver, lo que alguien no encontró ni consiguió ver, palabras de chucky, un buen amigo. Y es verdad. La adoro, la quiero, la necesito.

Ella me da paz, y me ha dejado quererla y está intentando quererme. ¿Qué más?
Soy feliz. Así de simple, soy feliz.

"Y buscamos nuestro parque, no nos gusto, nos fuimos a otro y un pájaro en mi pantalón se cagó"

Te quiero.

martes, 4 de noviembre de 2008

"Desolados"

Facundo espera en la avenida a Claudia. Claudia no llega. Sigue esperando. No llega. Prende un cigarrillo. No llega. Termina el cigarrillo. No ha llegado. Prende otro cigarrillo, consulta el reloj, sabe que no llegará. Se va.

Julio le dice a Facundo que se quedará a hacer el siguiente turno hasta las 11 de la noche, son las 3 de la tarde. Facundo protesta. Julio no le hace caso. Facundo le dice que de ninguna manera se quedará a hacer el siguiente turno... Dan las 3 y cinco, Facundo sigue atendiendo. Sólo espera que anochesca, para llamar a Ana y poder dormir.

Martha llora porque es tarde y su hijo no ha vuelto del concierto. Cuando dan las 4 de la mañana y entra su hijo a la casa, lo abraza, lo besa, le dice cosas lindas. El le dice que no debe preocuparse, que todo está bien. Ella le dice que es lo único que tiene, él le dice lo mismo y se va a dormir. Dan las 6 de la mañana y Martha entra al cuarto de su hijo con la cara sin lagimas y una correa en la mano. La venganza, luego de la angustia es dulce.

Dime que sí.
Dame una oportunidad.
Quiero sentir tus besos.
Tan cursi como tú.

Bito está peleando a machetazos afuera de un concierto contra unos anarcos, y junto a él, están Daniel y Facundo. Ren llora porque ama a Bito. Termina la pelea, pasan varios meses. Ren viaja. Deja a Bito peleando en el Perú contra sus fantasmas. Se enamora en el extranjero. Bito ya no quiere pelear.

Sergio ha tomado toda la noche por el cumpleaños de su primo "el gordo", y al día siguiente tiene que rendir un exámen de admisión. Se presenta al exámen resaqueado y semidormido. No ingresa. Le fltaron unos puntos. En casa lo matarán. Busca al gordo apra seguir tomando. No sale, está dormido y dormirá todo el día, le dicen, pues al día siguiente tiene que ir al colegio.

Fernando está sólo en su casa. Llama a una amiga para pasar el rato. Su amiga le dice que irá sin embargo no llega nunca. Fernando no sabe que hacer. Se encierra en el baño y se masturba. Abren la puerta de pronto. "Hola, mami". "Dios míooooooo..." se marcha a la carrera su mamá.

¿Porqué te doy la razón?
¿Quieres que discutamos?
¿Quieres que me porte como un patán?
No es posible; aún no me aceptas.
Tan cursi como tú.