lunes, 18 de enero de 2010

"La línea" (2)

Más allá no hay mucho que ver: un tobogán para deslizarse temblando, una laguna para ahogarse de la vergüenza y un pequeño espacio que por el norte limita con el miedo y por el sur limita con la mentira. Porque todos sabrán algún día que nada en ti es verdad, que eres una farsa alimentada de mierda en cantidades industriales. Te recomiendo quedarte sentado (¿a?) mirando la pantalla, repitiendo las palabras de siempre. No te atrevas a caminar por la misma vereda que yo. No lo pienses: Ni siquiera digas "que sería..." Limítate a teclear y teclear, lanzar y lanzar, ahuevarte y ahuevarte que sólo por esa basura y para esa basura existes. Porque no eres otra cosa más que la multiplicación cruel e irremediable de todos tus vicios.

El otro día estuviste por este lado del valle donde sólo pueden estar los que no se quiebran y diste risa. Tu figura desagradable, tus movimientos abominables; ¡TU! en resúmen. Viniste para prostituirte. Para venderte como una puta de jirón sombrío y alumbrado lúgubre de la ciudad más triste del mundo. Viniste a dar asco. Porque sólo produces eso: ASCO. Anda, paséate a la orilla del mar. Anda, arrodillate ante esos puercos que para ti son superiores. Anda, destruye el camino que nadie más tomará ese rumbo.

Quédate detrás de la línea. Sólo podemos pasarla nosotros, los que no se quiebran.

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